El leproso no es en aquella época solo un enfermo, sino un apartado, un excluido de la sociedad y de la familia.
Pero Jesús lo toca y le habla. Queda curado y, a través de la purificación, lo invita a volver con la sociedad y con los suyos.
Propuesta para cuidar a la familia esta semana:
¿Quién e el familiar, o pariente, más alejado de la familia? Proponte (o proponeos) acercarte a él. Hablarle y, si es conveniente, abrazarle. Y pide a Jesús por él.
Margarita Angulo y José Morenodávila