Llega un mortal al cielo y le pregunta a Dios:
-Dios, ¿Cuánto tiempo es para ti mil años?
-Hijo mío, eso es para mí como un segundo.
El hombre se queda pensado y luego le pregunta:
-Y ¿cuánto sería para ti un millón de dólares?
-Eso sería como un centavo
El hombre, pensando en todo ello, le dice a Dios:
-Dios ¿por qué no me regalas un centavo?
-Claro. En un segundo.
Antonio Morcillo, cmf