Hace una semana fallecía Antonio Morcillo, misionero claretiano autor de esta sección. En las últimas semanas nos había dejado algunos chistes para ir publicándolos. Así lo haremos en homenaje a una vida caracterizada en gran parte por la alegría y el buen humor (en una noticia publicada en uno de los periódicos de Canarias, donde pasó parte de su actividad pastoral, precisamente lo califican como el misionero «de los chistes y la sonrisa». Aquí podéis leerlo).
Si queréis, también podéis leer aquí la nota necrológica que se ha publicado por nuestra Provincia tras su muerte.
Damos gracias de nuevo a Dios por su vida. Descanse en Paz.
Nosotros seguiremos recordándolo, entre otras cosas, también por sus chistes.
Unos frailes mendicante andaban pidiendo caridad para los pobres en las casas de un barrio de clase alta. Cuando llegan a una de estas casas, tocan la puerta y abre una señora.
Los misioneros dicen:
– Dios la bendiga, buena dama. Somos hermanos de Cristo.
…Y contesta la señora:
– ¡Pues qué bien se conservan!
(+) Antonio Morcillo, cmf
