A pesar de esta música callada.
A pesar de los vientos y los mares
helados. A pesar de los pesares
yo prefiero gritar como si nada.
Como si nada hubiese ya y en cada
círculo de vacío yo existiera.
Como si alguien los ojos me pidiera
y nada junto a mí, como si nada.
Como si nada hubiese ya de llanto
ni de lágrimas, sólo voy sintiendo
cómo la muerte sube a mi mirada.
Una tierra sin nombre mientras tanto.
Mientras tanto, de sed en sed cayendo,
madura el corazón, como si nada.
Blas Márquez, cmf