Se poblaron mis bosques

de cavilaciones.

¿No tengo razones

para la melancolía?

 

La culpa fue mía

por dejar abierta

la risa y la puerta

de mi corazón herido.

 

Este es el latido

que marca la esfera

de un reloj de cera

bajo una lluvia de rosas.

 

Palabras hermosas,

tacto prolongado,

y en un verbo airado

el vaivén de un vacío.

 

Un helado estío

recorre mis venas.

Un apunte apenas

de un inútil desafío.

 

Las Palmas, 2019

 

Blas Márquez Bernal, cmf

(FOTO: Belinda Fewings)

 

CAVILAÇÕES em portugués

 

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