Sentir una quimera como labios de luna,
rincones sin acento en sombras descompuestas.
Puedo mirar el grito silente de una noche,
dimensiones de franjas tan oscuras,
pinceladas de sangre y homicida
que caen a la fosa de una estrella.
Bajaré al roto verbo enfurecido
y ahogaré en cristales de un espectro
una escritura herida por mis venas
bajo el polvo estelar de una luciérnaga.
Yo sentiré galácticas las noches,
cráteres abrazados a mi pecho,
espuma en leche tibia,
en la sed transversal de mi garganta.
Propasa el cuello, resplandor sereno,
cercenes en luz blanca de maná,
istmo en sombra y vértice oxidado,
cosmos, comba, astros rojos.
Ramón Uzcátegui Méndez, sc