Aprendamos de las personas migrantes

Esta semana os traigo un testimonio mío que han publicado desde Cáritas Diocesana de Málaga, donde soy coordinador de dos pisos de acogida para migrantes. Aquí tenéis el enlace a la web de Cáritas donde se ha publicado.
Sigamos aprendiendo todos de nuestros hermanos en riesgo de exclusión. Si lo hicéramos… «otro gallo nos cantaría» como sociedad.

José Antonio Benítez Pineda, cmf

TESTIMONIO: «Nos están dando una gran lección de paciencia y buen hacer»

José Antonio Benítez, sacerdote claretiano, coordina los dos pisos de Cáritas Diocesana de Málaga para la acogida de personas migrantes en situación de vulnerabilidad. Durante todo este tiempo de confinamiento tanto él como los demás miembros del equipo, se han adaptado y reinventado para no dejar de acompañarles.

«En este tiempo tan «desgraciado» de confinamiento que estamos viviendo, el equipo de Cáritas que lleva la coordinación de los pisos de inserción de nuestros hermanos migrantes se ha tenido que adaptar y reinventar. Cierto que las urgencias administrativas y documentales, así como todas las actividades educativas y laborales que diariamente llevamos a cabo han tenido que invernar, porque tanto la administración como las distintas organizaciones que colaboran con nosotros están funcionando a medio gas o están paralizadas. Sin embargo, los pisos siguen adelante, se organizan para su abastecimiento, el contacto telefónico es permanente y diario, resolviendo también las dudas que puedan tener durante estos días. Nuestras visitas, aunque más esporádicas, son necesarias. Ellos necesitan vernos y saber que estamos, ahí, detrás. Conviven, juegan juntos, tienen tiempos de soledad a pesar de la compañía, experimentan alegrías y tristezas, hastío, incertidumbre, miedos… como todos.

A algunos de ellos les hemos facilitado ordenadores y wifi para que puedan seguir sus clases online, y el contacto directo con sus profesores, a otros les hemos facilitado libros y DVD´s para hacer los días más llevaderos, pero todos nos están dando una gran lección de paciencia y buen hacer: facilitando la convivencia, organizando la compra, la comida, la limpieza y creando un ambiente necesario para poder llevar lo mejor posible estos días de confinamiento, en unos pisos que son pequeños y donde el espacio es reducido para hacer otras muchas cosas.

Quiero darle las gracias, como coordinador, a todos los voluntarios que siguen aportando su granito de arena con su cercanía, sus llamadas, su presencia virtual para hacer que este tiempo no sea tan duro. Como nos comentaba un compañero de Cáritas “ellos saben bien de las dificultades de la vida, de las vallas que hay que saltar, de los mares que hay que atravesar y los desiertos que hay que cruzar. Saben bien del esfuerzo, la lucha y la superación y, sobre todo, de la recompensa que les proporciona aprender de todas y cada una de las circunstancias que les ha tocado vivir”. También de esta. Porque momentos como estos suponen también una oportunidad para reflexionar sobre uno mismo, su relación con los demás, cómo nos comportamos con el prójimo… y darnos cuenta de que realmente somos todos iguales».

#Testimonios #LaCaridadNoCierra

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