Hoy juego entre los naipes de las horas,
en un trébol de sombras:
una estrella marina.
La penumbra de mis dedos
se inclina entre la frente de las rosas
y la muerte es una idea
esparcida por las playa.
Escucho el mar sediento
recorrer mis penas laminadas;
embravecido y plano
de costras y náuticas arenas.
¿A dónde llegan sus conchas
colocadas en el panal de mis heridas?…
De cobre y muelle
se ha vestido la playa
y navega por mis bolsillos
una arruga marinera.
Escucho el mar sediento
y la piel de sus dedos grises,
donde se bañan las espumas
dibujando un lenguaje eterno,
entre sus crestas.
Un pez de ojos rotos
se ha paseado entre las algas de mis lunas.
Al contemplar la arena,
aplauden los llantos
mis últimas cartas
azules de quimeras.
Ramón Uzcátegui Méndez, sc
(Del Libro Mar y Sombra. Año 1998)