A tiempo estamos todavía

La palmera desnuda sus aristas

y se enjuga la tarde los sabores

de la luz que declina los pronombres parciales.

 

¿Quién desató los nudos de este dolor sin rumbo?

 

Distante de tus sueños,

se acercan las palomas de mis voces sedientas

a beber en los límites de tu fuente salina.

 

Y un golpe sideral de viejas lunas

derrumba la ternura por los pliegues del agua.

 

Arde la luz

en el bosque alfabético

de palabras finales.

 

Blas Márquez Bernal, cmf

(Mérida(Venezuela).Octubre 1985)

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