A tiempo estamos todavía
de abrir los surcos
y sembrar de nuevo la esperanza
en el hueco apacible de tus manos.
A tiempo estamos todavía
de romper las cadenas
y ceñir la palabra de alhelíes
en los labios ardientes de tus voces.
A tiempo estamos todavía
de estrechar nuestras manos
y en el rito sagrado de otra danza
rescatar de la noche las estrellas.
He quemado papeles arrugados
de viejas certidumbres.
Y en el fuego sagrado de tus labios
he fundido los miedos solitarios.
He dejado los verbos en la orilla
y doblado el pañuelo
que secaron los llantos conjugados.
¿Amanece de nuevo la esperanza?
Repaso los días antiguos,
navego la ciudad
y en una caracola de ternura,
corales y romero
remanso los dolores y quebrantos.
Las Palmas, 2020
Blas Márquez Bernal, cmf
(FOTO: Karim Manjra)
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