«Dichoso el vientre que te llevó y los pechos que te criaron»… Pero Jesús repuso: «Mejor, dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen».
La alabanza es una forma de bendición. Dos alabanzas aparecen hoy en el evangelio:
La primera sale de la boca de una mujer y va dirigida a la Madre de Jesús.
Es dichosa porque ha acogido el proyecto de Dios y por eso es bendita de Dios y de los hombres.
La segunda alabanza sale de los labios de Jesús. Y va dirigida a todos los que escuchan y cumplen la Palabra de Dios.
También son benditos por la misma razón: porque escuchar y cumplir la Palabra de Dios es acoger de corazón el proyecto de cariño y bendición que Dios tiene para cada ser humano.
A tí también se dirige hoy esta alabanza. Eres dichoso o dichosa. Eres bendito o bendita.
Porque en este mismo momento tú estás escuchando y acogiendo la Palabra de Dios y en tí hay deseos de cumplirla a lo largo de esta jornada.
Buenos días.
Antonio Sanjuán, cmf