Cuida de tu familia: Dialoguemos acerca de quiénes, en la actualidad, pueden actuar de buenos pastores y de cómo deben hacerlo

LECTURA (IV DOMINGO DE PASCUA)

Jn 10, 11-18

En aquel tiempo, dijo Jesús:

«Yo soy el buen Pastor. El buen pastor da la vida por las ovejas; el asalariado, que no es pastor ni dueño de las ovejas, ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye; y el lobo hace estrago y las dispersa; y es que a un asalariado no le importan las ovejas.

Yo soy el buen Pastor, que conozco a las mías, y las mías me conocen, igual que el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; yo doy mi vida por las ovejas.

Tengo, además, otras ovejas que no son de este redil; también a ésas las tengo que traer, y escucharán mi voz, y habrá un solo rebaño, un solo Pastor.

Por esto me ama el Padre, porque yo entrego mi vida para poder recuperarla. Nadie me la quita, sino que yo la entrego libremente. Tengo poder para entregarla y tengo poder para recuperarla: este mandato he recibido de mi Padre».

 

COMENTARIO

Jesús es el Pastor bueno que guía, protege y cuida del rebaño del pueblo de Dios.

Igualmente, todo cristiano ha de preocuparse de sus hermanos.

El Evangelio de hoy nos invita a orar por quienes han recibido el encargo de «pastorear» (ayudar) a otros en el camino de la vida: padres, catequistas, sacerdotes, políticos, empresarios…

¿Se te ocurre alguien más que ejerza como auténtico pastor en nuestra Sociedad actual?

(Cuando menos, se me viene uno a la cabeza)

 

PROPUESTA PARA CUIDAR A LA FAMILIA

Para Jesús, las ovejas preferidas son las más débiles.

En nuestras FAMILIAS los más débiles y vulnerables son los hijos (¡y los nietos!)

Dialoguemos en algún momento de la semana acerca de quiénes, en la actualidad, pueden actuar de buenos pastores y de cómo deben hacerlo.

 

Manuel Devolx

 

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