Sirviendo la Palabra según Sanjuán: Mt 5, 13-19

«Vosotros sois la sal de la tierra. Vosotros sois la luz del mundo». 

Los seguidores de Jesús tenemos la misión de hacerlo presente a lo largo de la historia. Y eso lo hacemos cuando somos lámparas encendidas y sal no mojada que ha perdido el sabor. 

Te invito a realizar el siguiente ejercicio: 

Enciende una cerilla. Y, mientras arde y se consume, piensa qué hace la llamada: quema, ilumina, calienta, contagia… 

Cuando ya tengas que apagarla, piensa que tú estás llamado o llamada a ser continuamente en el mundo esa llamita. 

Coge también unos granitos de sal y contémplalos en la palma de tu mano. 

Llévate alguno a la boca. Y piensa que también tú estás llamado o llamada a ser continuamente en el mundo ese granito de sal. 

Disfruta realizando este ejercicio y considérate luz y sal para el mundo. 

Buenos días.

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