«Ay de vosotros letrados y fariseos, hipócritas, que cerráis a los hombres el Reino de los Cielos…! Ni entráis ni dejáis entrar. Que devoráis los bienes de las viudas a cambio de oraciones…! Que cuando encontráis un prosélito lo volvéis el doble peor que vosotros…! Que es más, la ofrenda o el altar que consagra la ofrenda?».
Hoy estamos llamados a revisar si somos coherentes entre lo que creemos, decimos y vivimos.
Si somos auténticos porque somos testimonio de vida y asumimos con responsabilidad las consecuencias de nuestras palabras y obras.
O sólo somos unos hipócritas que decimos unas cosas y luego realizamos otras.
Es bueno que nos preguntemos:
– Si nos creemos con el poder de excluir y cerrar la posibilidad de que otros en se encuentren con Dios.
– Si el engaño, las injusticias y la ambición nos llevan a realizar nuevas injusticias.
– Si creemos que estamos educando y no educamos con el ejemplo.
– Si nos fijamos en las normas y en los ritos y no damos sentido a nuestras relaciones con Dios y con los demás.
Pide hoy al Señor que te dé la autenticidad con la que vivió Jesús. Buenos días.
Antonio Sanjuán, cmf