Sirviendo la Palabra según Sanjuán: Mt 19, 13-15

«Dejadlos, no impidáis a los niños acercarse a mí; de los que son como ellos es el Reino de Dios». 

En la cultura en la que vivió Jesús el niño apenas contaba. 

Sin embargo, para Jesús toda persona cuenta. Y en su forma de proceder, se vuelca con aquellas personas que menos relieve tienen y qué más necesitan de su cercanía. 

Jesús se detiene ante los enfermos, ante los pecadores, ante aquellos que son marginados por la sociedad. 

Y también se detiene ante los niños. Igual que a los enfermos, les impone las manos en señal de acogida y de bendición. 

El niño siempre es una persona necesitada y más necesitados eran los niños en la época de Jesús. Ni siquiera pueden llegar a Jesús por sus propios medios: son «presentados», son «llevados» ante Él. 

Por eso son los predilectos de Jesús. Jesús quiere que nos sintamos niños ante el Padre. Que sintamos necesidad de su cariño y de su ternura. 

Procura hoy tomar o hacer tuyas esas actitudes de los niños y acércate confiadamente a tu Padre desde tu necesidad y tu pequeñez. 

Buenos días.

Antonio Sanjuán, cmf

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