«José, hijo de David, no tengas reparo en llevarte a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo y tú le pondrás por nombre Jesús, porque Él salvará a su pueblo de los pecados».
El Evangelio del día de hoy, fiesta de la del Nacimiento de la Virgen María, quiere indicarnos que Jesús es humano.
Como todo hombre, tiene una madre y una ascendencia. Son generaciones las que se van sucediendo hasta llegar a los ascendientes directos de Jesús.
Jesucristo es uno de los nuestros. Él ha querido hacerse carne, hacerse hombre y poner su tienda de campaña en medio de nosotros. Enmarcó su llegada en un pueblo, en una familia, en un tiempo y en un lugar concreto.
Nada de lo auténticamente humano le fue extraño. Nada de lo auténticamente humano le fue indiferente.
Hoy celebramos con alegría el nacimiento de aquella Madre que nos lo entregaría como ser humano.
Le damos gracias a Dios por María. Por la Madre de Jesús. Por la Madre de todos nosotros que en Jesús también nos engendró para la vida de Dios.
Felicidades a todas aquellas que hoy celebráis vuestro santo bajo alguna advocación mariana: Aguasantas, Estrella, Coronada, Soterraño, Nieves, De Gracia…
Buenos días.
Antonio Sanjuán, cmf