«Cuéntales lo que el Señor ha hecho contigo y que ha tenido compasión de ti».
Nos dice el Evangelio de hoy que desde los sepulcros un hombre corre al encuentro de Jesús y se arrodilla ante Él pidiendo su curación.
Es un hombre que, aunque viva, está muerto: «moraba en los sepulcros» y siempre, «noche y día andaba en los sepulcros».
El poder de Jesús arroja de él la posesión diabólica que lo encadena y la gente de aquel lugar lo encuentran «junto a Jesús sentado, vestido y en su sano juicio». Cuántas veces en nuestra vida moramos y andamos entre los sepulcros: moramos y andamos en la tristeza, en la desesperanza, en el miedo, en la desilusión, en el odio, en el rencor…
Corre hoy deprisa hacia Jesús y arrodíllate ante Él.
Jesús es más fuerte que todas tus «muertes» y que todos tus «sepulcros».
Y también dirá Jesús a todo aquello que te sepulta: «espíritu inmundo, sal de este hombre».
Podrás contar con alegría lo que Señor hace contigo y la compasión y misericordia que ha tenido y tiene siempre de tí.
Buenos días.