Sirviendo la Palabra según Sanjuán: Lc 7, 11-17

«¡No llores!»…¡Muchacho, a tí te lo digo: levántate!». 

Jesús no sólo consuela con palabras. También consuela con los hechos. 

Ante el dolor y la tragedia humana siente lástima, se le conmueven las entrañas como ante esta mujer viuda que además llora la pérdida de su único hijo.

Y Jesús actúa. No se queda en él solo sentimiento. Al devolver la vida al hijo único de la viuda, restaura en ella una vida llena de esperanza.

Tú eres seguidor de Jesús. Intenta también enjugar lágrimas y restaurar esperanzas. 

Lucha contra todo lo que lesione el sueño de Dios sobre la humanidad. Serás feliz sembrando felicidad. No dudes nunca de que quien siembra bienaventuranzas él se mismo es y será bienaventurado.

¡Que tengas un buen día sembrando esperanza!.

Antonio Sanjuán, cmf

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