Sirviendo la Palabra según Sanjuán: Lc 4, 38-44

«Ella, levantándose al momento se puso a servirles». 

Cuando el cansancio, la rutina y la apatía se apoderan de nosotros, sentimos que todas esas «fiebres» nos dejan postrados. 

Pero no dudemos nunca de la fuerza salvadora de Jesús. 

Cuando Él nos da su mano nos levanta con su poder curando nuestras «fiebres» y cansancios y hace desaparecer todos nuestros males.

Y la misma fuerza sanadora de Jesús nos empuja a salir de nuestras «fiebres y postraciones» y ponernos en actitud de total servicio a los demás sin dar lugar al cansancio.

Presenta hoy a Jesús todas tus «fiebres y postraciones». Ponles nombres y pronúncialos en su presencia salvadora. 

Déjate agarrar por su poderosa mano. Déjate levantar por la fuerza de su Palabra. 

Y siente también que Él te envía a servir incansablemente a los demás. 

Buenos días.

Antonio Sanjuán, cmf

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