«Y a tí misma una espada te traspasará el alma para que se pongan de manifiesto los pensamientos de muchos corazones».
Te invito a que hoy, celebrando los Dolores de la Virgen María, te unas al anciano Simeón contemplando estos dolores de la Virgen.
Y te invito a que lo hagas uniéndote a ese hombre que predijo esos dolores de la Virgen cuando Jesús fue presentado en el templo:
* Los brazos del anciano Simeón son como el cáliz que recoge la salvación esperada durante siglos por el pueblo de Israel.
* Los brazos de Simeón sienten que el Salvador ha llegado.
* Sus ojos de anciano cansado ven la luz de la salvación.
* Sus labios, que tantas plegarias han formulado, proclaman la luz de la salvación para todos los pueblos.
Pide hoy a la Virgen de los Dolores: * Que tus brazos trabajen para que el mundo sienta que la salvación ha llegado y está presente.
* Que la alegría de tus ojos muestre la luz de la salvación.
* Que tus labios anuncien a Jesucristo, El Salvador del mundo. Felicitamos a todas aquellas que lleváis el nombre de Dolores.
Buenos días.
Antonio Sanjuán, cmf