Sirviendo la Palabra según Sanjuán: Lc 2, 33-35

«Y a tí misma una espada te traspasará el alma para que se pongan de manifiesto los pensamientos de muchos corazones».

Te invito a que hoy, celebrando los Dolores de la Virgen María, te unas al anciano Simeón contemplando estos dolores de la Virgen.

Y te invito a que lo hagas uniéndote a ese hombre que predijo esos dolores de la Virgen cuando Jesús fue presentado en el templo:

* Los brazos del anciano Simeón son como el cáliz que recoge la salvación esperada durante siglos por el pueblo de Israel. 

* Los brazos de Simeón sienten que el Salvador ha llegado. 

* Sus ojos de anciano cansado ven la luz de la salvación. 

* Sus labios, que tantas plegarias han formulado, proclaman la luz de la salvación para todos los pueblos.

Pide hoy a la Virgen de los Dolores: * Que tus brazos trabajen para que el mundo sienta que la salvación ha llegado y está presente. 

* Que la alegría de tus ojos muestre la luz de la salvación. 

* Que tus labios anuncien a Jesucristo, El Salvador del mundo. Felicitamos a todas aquellas que lleváis el nombre de Dolores.

Buenos días.

Antonio Sanjuán, cmf

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