«Cuando entraban en el templo con el Niño Jesús sus padres para cumplir con Él lo previsto por la ley, Simeón lo tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo: «Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz. Porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos: luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel».
Celebramos hoy la Presentación del Señor en el templo.
Un anciano recibe hoy a Jesús hecho niño. Los brazos del anciano Simeón son como el cáliz que recoge la salvación esperada durante siglos por el pueblo de Israel.
+ Los brazos de Simeón sienten que El Salvador ha llegado.
+ Sus ojos, de anciano cansado, ven la luz de la salvación.
+ Sus labios, que tantas plegarias han formulado, proclaman la luz de la salvación de Jesús para todos los pueblos.
* Que tus brazos trabajen para que el mundo sienta que la salvación ha llegado y está presente.
* Que la alegría de tus ojos muestre la luz de la salvación.
- Que tus labios anuncien a Jesucristo, el Salvador del mundo. Buenos días.