«Mirad, guardaos de toda clase de codicia. Pues, aunque uno ande sobrado, su vida no depende de sus bienes».
San Juan de la Cruz, el místico doctor carmelita, dijo que «al atardecer de la vida, te examinarán del amor».
Y, según el Evangelio, también Jesús, al atardecer de la vida, no te va a preguntar por los negocios que a lo largo de ella has realizado. Te va a examinar del amor. Ciertamente que Jesús no quiere un providencialismo iingenuo.
En modo alguno quiere que no trabajemos y que nos sentemos de brazos cruzados «viviendo del cuento», como solemos decir muchas veces.
Jesús lo que quiere es que tengamos claras las cosas. Que no absoluticemos lo que es relativo y termina tarde o temprano.
Jesús quiere que almacenemos en nuestros granero personal el trigo limpio con el que se amasa el pan de la fraternidad, el pan de la alegría, el pan de la solidaridad, el pan de la entrega y del servicio a los demás, el pan que se parte y se reparte…
Durante el día de hoy, y durante todos los días, intenta cumplir lo mejor que puedas con tus obligaciones haciéndote rico ante Dios y almacenando en sus graneros.
Buenos días.
Antonio Sanjuán, cmf
