«¿Y quién es mi prójimo?».
Seguro que más de una vez en tu vida has oído, leído, meditado y orado el evangelio de hoy.
Te invito de nuevo a que a lo largo de este día conjugues el verbo «projimar» realizando en tu vida las siete acciones del samaritano del evangelio de hoy que «prójimo» al herido en el camino:
– 1: Llégate a las personas intentando entender los sentimientos de cada una.
– 2: A cada persona que te encuentres en tu camino acércate sin miedos.
– 3: Procura vendar sus heridas y nunca quieras agrandarlas.
– 4: Préstale tu apoyo y tu comprensión.
– 5: Dale lo que esté a tu alcance para que sus «heridas» se recuperen.
– 6: Echa en esas heridas «aceite y vino». Es decir: echa cariño, delicadeza, ternura, misericordia…
– 7: Cuida de cada persona y, muy en especial, de aquellas que más cerca tienes de tí.
Así serás prójimo de todos y así vivirás la misericordia.
Esto mismo hace Dios continuamente contigo y con todos nosotros.
Buenos días.
Antonio Sanjuán, cmf