Sirviendo la Palabra según Sanjuán: Jn 12, 1-11

«María tomó una libra de perfume de nardo, auténtico y costoso, y ungió a Jesús los pies y se los enjugó con su cabellera. Y la casa se llenó de la fragancia del perfume». 
 
Ojalá que tu vida y la mía fueran como ese perfume de nardo, auténtico y costoso, que María de Betania derramó a los pies de Jesús. 
Una vida que diariamente se vaya vertiendo en Dios y en los demás. Una vida vivida y gastada en servicio y arrodillada en cariño a los pies de los hermanos. 
Cuando vivimos la vida de esta manera, allí donde estemos cada uno, todo se llenará de la «fragancia del perfume». 
Procura perfumar la Iglesia y el mundo dando el perfume de lo mejor de tí mismo, de tus mejores cualidades, de todo aquello que forma parte de tí y que puede enriquecer a los que te rodean. 
Que tu corazón durante estos días de Semana Santa, y siempre, esté lleno del mejor perfume y que sepas romperte para perfumar todo lo que esté a tu alrededor. 
Buenos días.

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