RUINA MUSICAL

El saxo llora sobre la pátina

de los corazones huérfanos

y también de los mendigos

derramados en el piso.

 

Lo toca un viejo

con la pasión del alquitrán

y la ruina de una música

escuchada antiguamente

en la ciudad escribana.

 

Ahora recoge melodías tristes

y aguaceros melancólicos

en su sombrero de trapo añil,

para acompañar las escenas

de los transeúntes desfilando

sus ojeras carnavalescas.

 

La ciudad se embriaga

de carteles rotos y neones restaurados

bajo el sol trasnochado

de un día agónico y resistente.

 

Sonámbulas las estatuas marchan

entre las horas deshilachadas

en el campanario de la catedral.

 

La asimetría de los árboles

abrigan las médulas de las ardillas

que recorren el páramo de mis ojos

 

El bullicio celebra mi reencuentro

con las sombras del pasado

que extinguieron mis dolores

en las horas desesperadas

entre el pálpito de un latido rutinario.

 

Aquí me detengo…

Ahora sólo me emociono

con la nota ronca de este saxo

que recorre la anatomía de la música

y me permite recordar

lo feliz que he sido

trazando pentagramas desafinados

para encontrarme con la poesía.

en mi Mérida nostálgica.

 

El saxo llora…

y la neblina esparce

la ruina de este día recorrido

sobre el urbano plumaje

de mi cansancio transitorio.

 

Ramón Uzcátegui, sc

(FOTO: Jens Thekkeveettil)

 

RUÍNA MUSICAL em portugués

 

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