Cada vez miro con mayor preocupación la incapacidad para dialogar juntos del gobierno nacional español y el gobierno autonómico catalán sobre todo este tema del referendum.
Y me hace pensar en tantas ocasiones en que me he encabezonado y no he querido ceder. Impidiendo así el que se pudiera avanzar.
Soy consciente de lo mucho que me cuesta salir de este tipo de situaciones; pero, de unos años a esta parte, Dios me intenta ayudar al recordarme su llamada a Abraham: «Sal de tu tierra», que para mí son mis pensamientos, mis decisiones, mis gustos, mis puntos de vista, mis sentimientos, mis «siempre lo he hecho así»…, a fin de cuentas, mis seguridades.
Por eso mismo, creo que en esos momentos el Padre me invita a caminar en fe, no en seguridad, hacia una «nueva tierra» que sé, -porque me fío de su Palabra- que es mejor que la actual en que me encabezono.
Los caminos de Dios no son los nuestros y se necesita fe para recorrerlos.
Pidamos con fe para que todos nos abramos a sus caminos, no solo nuestros políticos.
Equipo de Redacción