[En esta ocasión también podéis escuchar esta bonita poesía convertida en canción por el autor Venezolano Ramón Uzcátegui]
Déjame acompañarte mientras tanto Esta tarde de oscura pesadumbre Y subir con la cruz hasta la cumbre Y ahogar en tu voz mi desencanto. Quiero enjugar tu rostro con mi llanto. Y en el pañuelo de mi fe cansada Recoger el dolor de tu mirada Que redima la sed de mi quebranto. Déjame acariciar serenamente Tus manos florecido de romero y coronar con mi sudor tu frente. Que yo sienta tu sangre por mis venas. Que la vida, Señor, es lo primero Y muy largo el camino de mis penas. Blas Márquez Bernal, cmf