Cuarenta y un claretianos ordenados en los últimos diez años, procedentes de varias provincias europeas, participaron en una nueva edición del programa del Quinquenio, celebrado del 20 al 23 de noviembre de 2025 en Cracovia, Polonia. El encuentro bienal, acogido este año por la Provincia de Polonia y coordinado por el P. Maxim Muñoz, CMF, prefecto de formación de la Provincia de Sanctus Paulus, contó también con la presencia de prefectos de formación de distintos organismos de Europa, que acompañaron el proceso de formación permanente.
El encuentro comenzó con una visita al campo de concentración de Auschwitz, coincidiendo con el 80.º aniversario de su liberación. La experiencia ofreció un profundo acercamiento a la memoria del inmenso sufrimiento humano y sirvió como punto de reflexión para el compromiso misionero contemporáneo de la Congregación con la dignidad humana y el Evangelio de la esperanza.
Las sesiones formativas de este año se centraron en el tema “El impacto de las nuevas tecnologías en nuestra vida misionera”. Guiados por el P. José Enrique García Rizo, CMF, los participantes aplicaron el método ver-juzgar-actuar para examinar la influencia de la digitalización en cuatro dimensiones fundamentales de la vida claretiana: personal (incluida la salud física y psicológica), espiritual, comunitaria y apostólica.
Las reflexiones pusieron de manifiesto una preocupación compartida respecto a los desafíos de gestionar la tecnología de manera responsable. Los participantes señalaron el riesgo de que las herramientas digitales afecten a los ritmos cotidianos, a la vida interior y al enfoque misionero. Con apertura y realismo pastoral, subrayaron la importancia del apoyo mutuo en las comunidades para fomentar un uso más consciente y fructífero de los recursos tecnológicos. Se intercambiaron propuestas prácticas y sugerencias para integrar las herramientas digitales de forma equilibrada y orientada a la misión.
Las sesiones en grupos pequeños permitieron a cada misionero compartir experiencias de la vida comunitaria, iniciativas provinciales y compromisos apostólicos. Estas conversaciones generaron diversas propuestas para futuras ediciones del Quinquenio, con el propósito de fortalecer la formación y la colaboración entre provincias.
Todo el encuentro estuvo marcado por un fuerte espíritu fraterno, alimentado por la oración común y por celebraciones litúrgicas preparadas por las distintas provincias. La armoniosa combinación de reflexión, profundidad espiritual y fraternidad volvió a confirmar el valor del Quinquenio como un espacio esencial de crecimiento humano, espiritual y misionero para las nuevas generaciones de claretianos en Europa.
