¡Ven marinero!,
llora conmigo
el último mar de un naufragio.
La tarde ha inclinado sus remos
y se marchita un alcatraz
en la alta mar de nuestras frentes.
¡Ven!,
llora mi pena negra,
Y al consagrarme a esta orilla
rompe el timón de la tristeza
que desfila por las islas de la sangre,
sin rumbo revestido,
en tierra firme,
con la boca salada de espuma
y el llanto guardado en las profundidades.
Nuestras olas tienen llanto de cobre,
¡abrázame con tu alma de garfio!
Y en el coral de mis labios
desembarca tus crestas métricas
en la playa de mis venas.
Adiós,
Adiós;
capitán de mi sangre
en la longitud de la vida.
(Mar y Sombra 1998)
Ramón Uzcátegui M., sc
(FOTO: orbtal media)
MARINHEIRO em portugués