Geopolitica de las migraciones (¡No a las «devoluciones en caliente»!)

Comparto hoy con todos vosotros este texto de un miembro de Cáritas Diocesana de Sevilla. Pones a las claras la hipocresía con la que actualmente se procede en política migratoria.

José Antonio Benítez Pineda, cmf

Una y otra vez el gobierno, haciendo balance del año, se felicita por la reducción de las llegadas de personas de otros países sin documentación a nuestra frontera. Y si el objetivo de su política migratoria era ese…lo ha conseguido.
Pero el año que ha terminado, haciendo balance migratorio centrado en las personas, es un desastre. Lo único que se ha conseguido, como el efecto de un globo lleno de agua que se presiona con las manos, es que el volumen de personas se desplace de un lado a otro, arriesgando cada vez más sus vidas, como demuestra el aumento de salidas hacia las Islas Canarias, las llegadas hasta Alicante, nuevas salidas por zonas en zona de conflicto permanente… La realidad de las personas que salen en busca de algo nuevo y mejor para si o sus familias, por propia decisión u obligados por las graves situaciones que viven, sigue siendo la misma. Las personas que quieren pasar a Europa…son las mismas. La realidad no ha cambiado, solo se ocultado a los ojos, porque eso es lo que buscan los gobiernos de España y Europa: no ver, para no tener que hacer nada. Hacer que otros hagan ( se llame Marruecos, Libia, Turquía), aunque sea quebrantando leyes aprobadas internacionalmente, para no tener obligaciones en el propio territorio.
Denunciamos la cobardía e hipocresía sobre la que basan sus acciones tanto nuestro gobierno como el del resto de Europa. No se puede seguir huyendo de la llamada que los pueblos de numerosos países están haciendo a través de esta situación mundial de movilidad humana: no se trata de mayor o menor numero de entradas a España o Europa, se trata de afrontar la realidad de los países de origen, de una pobreza internacional que no podemos seguir pensando que es solo responsabilidad nacional de países expoliados previamente y mantenidos así por mecanismos internacionales de corrupción.
Y al mismo tiempo denunciamos la política que se está haciendo sobre la consecuencia de esa situación: la situación de crisis humanitaria en la que se encuentran miles de personas a las puertas de Europa (en Marruecos, Libia, Argelia….) no puede afrontarse con medidas policiales y militares. Personas que apenas sobreviven después de un naufragio, no pueden ser expulsadas de ningún territorio sin atender su situación humana, sin escuchar los motivos por los que se han jugado la vida. Lo ocurrido en las islas Chafarinas es grave porque atenta contra la legislación que la misma España ha aprobado, pero lo más grave no es el hecho concreto de este delito internacional, que condenamos y del que exigimos reparación. Lo más grave es que es el reflejo permanente de una política migratoria que se niega a revisarse a pesar del sufrimiento permanente al que dicha política somete a millones de personas de formas continua: en las fronteras y una vez en nuestro territorio.
Consideramos urgente medidas que favorezcan tanto la acogida de los supervivientes de los procesos migratorios, como los esfuerzos por reconocerlos como ciudadanos y ciudadanas una vez que se encuentran entre nosotros. Condenamos el ingente gasto para políticas migratorias centrado en el control de fronteras, frente a un nulo esfuerzo económico para la integración.
No a las devoluciones en caliente, no a la exclusión permanente de personas extranjeras, no a las macabras solicitudes de expulsión de personas cuyo único delito es el no tener un documento acreditativo.

José Mulas, Cáritas Diocesana de Sevilla

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