Un hombre y su mujer van de vacaciones a Jerusalén y, mientras paseaban, la esposa fallece.
El de la funeraria le dice al marido:
- Tiene vd. la opción de llevársela a España por 10.000 euros o de enterrarla aquí por 1.000.
- Me la llevo a España -responde el hombre-.
El de la funeraria le pregunta:
- ¿Cómo va a hacer ese gasto pudiéndola enterrar en Tierra Santa?
El marido le dice:
- Pues… porque hace muchos años aquí murió un hombre y a los 3 días resucitó. Y, sinceramente, por 9.000 euros… ¡prefiero no arriesgarme!
Antonio Morcillo, cmf