Se espumaron tus besos en cascada
de abetos sin pronombres. Y voy y vengo
al agua de tu fuente y me detengo.
Quiero alterar el sol y es madrugada.
Los hilos que bordaron tu alborada
enredaron mi piel. ¿No ves que tengo
el corazón en ascuas y voy y vengo
como un niño secreto a tu mirada?
En callados geranios me adelanto.
Y en el dolor que corre por tus venas
caigo triste, resumo y me levanto.
Està mi noche en flor. Tus manos llenas.
Estoy triste y resumo con mi llanto
el pañuelo bordado con tus penas.
Ramón Uzcátegui Méndez, sc