El rostro del Mercado

Suena una  petenera por un cielo
de gaviotas verdes y cadenas.
Grita el yunque en los labios y es apenas
el nudo de la sed de un beso en celo.

Se apaga la guitarra y rasga el velo
de un relámpago herido en la cintura.
Mis sueños y otros sueños sin figura
derriban del andamio este flagelo.

¿Es posible soñar con lunas huecas
y dejar en la sombra los despojos
de esta Máscara, hechura del Mercado?

Primavera sin rostro y manos secas.
Desnudo el sol, desorbitados ojos…
¿No hay preguntas ni gritos de este lado?

Blas Márquez, cmf

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