La Palabra hoy nos presenta unas situaciones de las que estamos obligados a hacer discernimiento y establecer una verdadera escala de valores. Tanto personal como familiarmente. Nosotros creemos que Dios no es enemigo del dinero. No nos referimos solamente al dinero “monetario”, o más ampliamente dicho “económico”, si no a todo lo que supone riqueza, tanto material como espiritual, conocimientos sociales-culturales-influencias sociales-posiciones de dominios laborales,…etc.
Dios lo que quiere es que estos bienes sean compartidos y puestos al servicio de todos, especialmente de los más necesitados de nuestros hermanos y sí que nos pide que toda la astucia del denominado “administrador infiel” la pongamos al servicio del bien, es decir que todas estas riquezas sean compartidas y repartidas, generosamente, con quien las necesita en nuestra Sociedad. ¿Son nuestras familias de esas?
Propuesta para cuidar la familia esta semana:
Procuremos en esta semana meditar sobre esta figura que hoy se nos propone del administrador fiel. Reflexionemos sobre si realmente somos fieles y astutos administradores con todas las consecuencias que ello significa, desde un sincero y profundo deseo de conocer lo que nos dice, y sobre todo, de tratar de hacerlo vida en nuestro día a día, extensible a nuestra vida de familia principalmente, para que todos podamos imprernarnos de esta astucia para hacer un buen uso de todos los bienes con que Dios nos ha favorecido. A lo mejor podíamos proponernos alguna acción de solidaridad efectiva -económica- con alguna persona que conzocamos que esté pasando necesidad.
Pilar López y Joaquin Devolx
