Acto de denuncia por la muerte de migrantes en Canarias

Hoy os dejo lo que hemos leído en acto en nuestra Parroquia Santa María de la Paz en la barriada de Las Rehoyas, de Las Palmas de Gran Canaria, mi nuevo destino.

José Antonio Benítez Pineda, cmf

Ante los dramáticos acontecimientos que vienen ocurriendo en nuestras costas canarias, como es la aparición, cada vez con mayor frecuencia, de pateras con cadáveres de personas migrantes, mas de 20 fallecidos en estas últimas semanas, no queremos asistir pasivamente a esta realidad sangrante, de muerte y destrucción de seres humanos, pues callar sería hacernos cómplices de tal situación. Nos duele el silencio de administraciones y organizaciones humanitarias.

Por ello, hemos salido a la plaza de nuestro barrio de Las Rehoyas y de nuestra parroquia; levantar nuestra voz y clavar un gesto de solidaridad y de denuncia.

 

Queremos denunciar:

 

  1. La política de extranjería que se lleva en los países del Norte en relación con los países empobrecidos del Sur, por ser insolidaria, propiciar actitudes xenófobas e ir contra la dignidad de la persona humana;

 

  1. La actual ley de extranjería, pensada como nueva muralla para cerrar el paso a tantos hombres, mujeres y niños en la búsqueda de un futuro digno para sus vidas y familias, que en sus países de origen le son negados por los mecanismos perversos de carácter económico, político, ideológico y social, generados en el Primer Mundo. Una ley que empuja a la muerte social a los llamados sin papeles e ilegales, cuando entendemos que ningún ser humano es ilegal. Nuestra conciencia de cristianos nos lleva a repudiar esta ley, al mismo tiempo que nos debe motivar a buscar fórmulas justas y adecuadas para acoger a las personas migrantes que llegan a nuestras costas en busca del pan y la dignidad robadas;

 

  1. Las organizaciones y redes mafiosas, que trafican con las personas, aprovechándose de la situación de desprotección y de vulnerabilidad en la que llegan, y, todo ello, ante la pasividad de los gobiernos.

 

  1. Al gobierno español y al gobierno de Canarias, así como la política europea en materia de migración.

 

Nuestra conciencia de creyentes no nos permite desconocer y olvidar la realidad sangrante de tantos hermanos y hermanas nuestros, hijos e hijas de un mismo Padre, en quienes queremos reconocer el rostro de Jesús crucificado, la presencia del mismo Cristo que nos dijo fui extranjero y me acogieron…¿cuándo lo hicimos, Señor?. Cada vez que lo hicieron a uno de estos mis hermanos más pequeños a mí me lo estaban haciendo (Mt 25, 31-46)

 

A la luz del Evangelio, y queriendo acoger la llamada a la conversión que hemos celebrado en la eucaristía, no podemos hacernos los distraídos y tampoco empeñarnos en sostener lo insostenible, siguiendo como si tal cosa.

 

Nos comprometemos a:

 

  1. Desarrollar un labor de sensibilización en nuestros ambientes (familia, comunidad, barrio, lugar de trabajo,…) en orden a una mayor solidaridad y acogida a las personas migrantes;

 

  1. A revisar continuamente nuestras actitudes hacia ellos: cómo los recibimos, cómo los tratamos, cómo hablamos de ellos, cómo convivimos con ellos,…

 

  1. A exigir de nuestros políticos y gobernantes una mayor humanización de leyes y reglamentos relacionados con la migración y la promoción de servicios sociales suficientes para una atención digna y eficaz;

 

  1. A denunciar las causas que originan la muerte de las personas migrantes, saliendo a la plaza cada vez que se repita esta situación.

 

 

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