El pasado 30 de Septiembre comenzó una nueva tanda de la Fragua -la nº 23- el proceso de actualización y renovación carismática que nuestra Congregación desarrolla para nuestros misioneros. En esta edición -dirigida por su responsable, Juan Carlos Martos,cmf, miembro de nuestra Provincia- participan de Betica José Antonio Benitez y Andrés García.
Por otro lado, la semana pasada los participantes difundieron esta nota en torno a una de las actividades que están realizando:
Los claretianos que participamos en La Fragua que se celebra en estos meses en Los Negrales (Madrid) hemos comenzado la etapa “Adoradores del Padre”. Es el primer tramo de un itinerario que alienta un proceso de transformación. Lo hemos comenzado con un taller intensivo de reiniciación a la oración, centrado particularmente en el silenciamiento, la meditación y la lectio divina. No son realidades novedosas. En la Congregación y desde hace años son prácticas valoradas y difundidas. No obstante lo cual, el ambiente de Fragua nos está permitiendo fortalecer, cuidar y estimularnos en la fidelidad de ser oyentes de la Palabra, para poder seguir siendo sus servidores.
Aquí podéis ver algunas fotos de ese taller:
[ngg_images source=»galleries» container_ids=»131″ display_type=»photocrati-nextgen_basic_thumbnails» override_thumbnail_settings=»0″ thumbnail_width=»40″ thumbnail_height=»40″ thumbnail_crop=»1″ images_per_page=»24″ number_of_columns=»6″ ajax_pagination=»1″ show_all_in_lightbox=»0″ use_imagebrowser_effect=»0″ show_slideshow_link=»1″ slideshow_link_text=»Ver presentación» order_by=»sortorder» order_direction=»ASC» returns=»included» maximum_entity_count=»500″]
Además, también nos enviaron nota de una visita que hicieron el día 6 a una fragua en Segovia:
El sábado día 6 de octubre, quienes participamos en La Fragua tuvimos la oportunidad de visitar en Segovia una fragua. La visita a esa ciudad tan hermosa y claretiana nos posibilitó ser espectadores de este añejo uso artesanal: un trozo de hierro era introducido entre las brasas del carbón encendido hasta quedar al rojo vivo; después fue modelado diestramente en el yunque por el certero martillo del señor Elías, el veterano herrero, hasta darle la forma que le habíamos pedido para esta ocasión: un cuchillo de forja, tosco aún pero original. En vivo y durante un corto espacio de tiempo contemplamos cómo el fuego y la mano del herrero pueden cambiar un trozo de hierro. La imagen claretiana de la fragua nos hacía entender el proceso iniciado por nosotros… si fuego y sin herrero, el hierro se parte, pero no se transforma… ¡Un símbolo claro!
Y aquí podéis ver un video de esa visita::
