Amanece y la luz intacta de esta aurora
da paso a un nuevo día.
Abro el balcón de mis ojos y contemplo,
como si fuera la primera vez,
el inmenso libro de la Vida
que Tú escribiste, Señor, con mano prodigiosa.
Y estallan de nuevo entre mis ojos
los sueños más audaces.
Y florece de nuevo la esperanza
A pesar de la fragilidad de mis pasos.
Y me vienen a la memoria nombres imborrables
que están grabados a fuego lento
en el mapa de mis días: Mambré, Belén, Nazaret,
Cafarnaún, Jericó, Caná, el pozo de Siquén,
La fuente, de Siloé…
Lugares entrañables donde hombres y mujeres
de otros tiempos experimentaron tu presencia
como un prodigio inesperado
Y las huellas de sus pasos abren sendas y caminos
hacia nuevos horizontes.
Mi corazón, Señor, en esta hora primera,
acelera su ritmo y enloquece de gratitud.
Abro las manos y acaricio la vida lentamente.
Y otras manos se alargan para estrechar las mías.
Es posible el milagro del encuentro,
Es posible reconocer todos los rostros
Y ponerle un nombre nuevo a esa mirada
que me interroga y, al mismo tiempo,
enjuga mis lágrimas marchitas
con el pañuelo de su fe.
Es posible saborear la vida como una fruta sabrosa
que madura en el árbol de mis sueños.
No estoy solo en esta andadura.
Hay huellas y signos imborrables
que iluminan el camino y hace más llevadero
el peso de los días.
Jesús, el carpintero de Nazaret,
tu Hijo predilecto,
me da también la mano y su fuerza sanadora
reverdece mi vida, a pesar de todo.
Las calles empiezan a poblarse
y crecen los afanes y salta la vida recorriendo las horas primeras.
He bajado a la calle y en la Plaza Mayor están todos
Y yo con ellos para hacer posible que este sol recién amanecido
caliente el corazón de esta Tierra, Madre y Hermana.
Concédeme, Señor, al comenzar este nuevo día,
poner mi corazón a punto.
Te lo pido por tu Hijo Jesús, el Nazareno Solidario. Amén
Las Palmas, 2020
Blas Márquez Bernal, cmf
(FOTO: Luis Ángel Espinosa, LC)
ORAÇÃO DO AMANHECER em portugués