Sirviendo la Palabra según Sanjuán: Jn 2, 13-22

«No convirtáis en un mercado la casa de mi Padre». 

Los contemporáneos de Jesús habían convertido en un lugar de comercio lo que estaba destinado a ser lugar de encuentro con Dios. 

Jesús no soporta esta mentira y aprovecha la ocasión para enseñarnos cuál es el verdadero templo de Dios. 

Y nos dice claramente que el verdadero templo de Dios es el corazón de cada ser humano. 

¡Y cuántos vendedores del ser humano encontramos en nuestros días!: 

     * Traficamos con la persona humana ya desde el seno materno y no la dejamos nacer.

     * Traficamos con los niños explotándolos de mil maneras.        

     * Traficamos con la mujer y con el hombre privándoles de lo más elemental e incluso de su dignidad de personas. 

     ¿Qué diría y cómo actuaría Jesús ante todo esto?.

Tú eres hoy la boca y las manos de Jesús. 

Grita fuerte el grito de Jesús: «¡No convirtáis en un mercado la casa de mi Padre!». 

Y también actúa en consecuencia. 

Buenos días.

Antonio Sanjuán, cmf

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