LECTURA (VII DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO)
Lc 6, 27-38
En aquel tiempo Jesús dijo a sus discípulos: «Pero yo os digo a los que me escucháis: Amad a vuestros enemigos, haced bien a los que os odien, bendecid a los que os maldigan, rogad por los que os difamen. Al que te hiera en una mejilla, preséntale también la otra; y al que te quite el manto, no le niegues la túnica. A todo el que te pida, da, y al que tome lo tuyo, no se lo reclames. Y lo que queráis que os hagan los hombres, hacédselo vosotros igualmente. Si amáis a los que os aman, ¿qué mérito tenéis? Pues también los pecadores aman a los que les aman. Si hacéis bien a los que os lo hacen a vosotros, ¿qué mérito tenéis? ¡También los pecadores hacen otro tanto! Si prestáis a aquellos de quienes esperáis recibir, ¿qué mérito tenéis? También los pecadores prestan a los pecadores para recibir lo correspondiente. Más bien, amad a vuestros enemigos; haced el bien, y prestad sin esperar nada a cambio; y vuestra recompensa será grande, y seréis hijos del Altísimo, porque él es bueno con los ingratos y los perversos. «Sed compasivos, como vuestro Padre es compasivo. No juzguéis y no seréis juzgados, no condenéis y no seréis condenados; perdonad y seréis perdonados. Dad y se os dará; una medida buena, apretada, remecida, rebosante pondrán en el halda de vuestros vestidos. Porque con la medida con que midáis se os medirá».
COMENTARIO
Nadie quiere la guerra.
Todo el mundo está en contra de la violencia. Sin embargo, la situación actual no deja de ser, en muchos ámbitos, muy grave y preocupante.
Basta con ver los inicios de los telediarios o las portadas de la prensa.
Y no sólo a nivel de conflicto bélico entre naciones.
Pensemos en las familias, las «bandas» juveniles, el grave problema del bullying (acoso escolar)…
Pensemos en nosotros mismos:
¿A quién consideramos enemigo?
¿Qué significa para cada uno de nosotros las palabras: misericordia, diálogo, perdón, AMOR?
PROPUESTA PARA CUIDAR LA FAMILIA
El enemigo actual de las FAMILIAS, en muchas ocasiones, lo tenemos dentro de los propios hogares: egoísmos, inhibición, pasotismo, afán de protagonismo, carencia de afecto, clima de superficialidad, falta de diálogo y comunicación…
¿Cuál de estos aspectos (u otro distinto) elegimos para trabajar en nuestra FAMILIA a lo largo de la semana?
Manuel Devolx
