«…Y se pusieron a preparar sus lámparas…»
Jesús nos invita hoy a la vigilancia.
Y nos viene a decir que para estar vigilantes hemos de cuidarnos espiritualmente.
Necesitamos el «aceite» que mantenga viva la llama de la vigilancia.
A veces queremos que la llama de nuestra vida de fe y de nuestra vida espiritual se mantenga viva echándole agua e incluso otros productos con los cuales es imposible que arda.
Examina cómo preparas la lámpara de tu vida cristiana y examina también qué «aceite» necesita tu lámpara para alumbrar y poder ver con claridad.
Jesús pone a tu alcance unas «herramientas-aceite»: la oración, la Eucaristía, su Palabra, el sacramento de la Reconciliación…
«…Y se pusieron a preparar sus lámparas»: ponte tú también hoy mismo a preparar tu lámpara.
Que tengas un día muy bueno en la presencia del Señor.
Buenos días.
Antonio Sanjuán, cmf