Mateo 23, 23-26:
«¡Ay de vosotros, letrados y fariseos, hipócritas, que cerráis a los hombres el Reino de los Cielos!… Ni entráis vosotros dejáis entrar a los que quieren…Que devoráis los bienes de las viudas a cambio de oraciones… Que cuando encontráis un prosélito lo volvéis el doble peor que vosotros… ¿Qué es más, la ofrenda o el altar que consagra la ofrenda?.
Como los maestros de la ley y los fariseos, nosotros también somos incoherentes cuando observamos escrupulosamente los pequeños detalles, que ciertamente tienen importancia, y dejamos de lado las cosas fundamentales como la justicia, la misericordia y la fidelidad.
Por eso hoy Jesús nos recuerda que no olvidemos lo que es esencial.
Y también nos recuerda que cuidemos nuestro interior que es más importante que nuestra imagen.
Nos recuerda nuestros pecados de omisión y nos anima a obrar siempre el bien y a realizar lo que Dios espera de nosotros.
A tener en cuenta lo que es fundamental y esencial y a ponernos ya desde hoy manos a la obra.
Nos queda mucho que hacer y mucho camino que recorrer.
¡Ánimos!. A cuidar el interior, el alma y el corazón. El tuyo y el de los demás. Buenos días.
Antonio Sanjuán, cmf