Al mártir claretiano Faustino Pérez
Testigo de Jesús, Mártir primero,
templado en la plegaria enardecida,
iluminó la muerte con su vida
y sembró de canciones el sendero.
Faustino del Espíritu, romero
infatigable en sendas calcinadas,
en tus ojos se posan las miradas,
y arde hermosa la luz como un lucero.
Tu voz se ha destemplado con el grito
que acompañó el instante de la entrega
y afianzó la fe de sus hermanos.
¡Qué locura de amor, qué ansioso el rito
de la sangre en el tiempo de la siega,
mientras Dios te sostiene con sus manos¡
Blas Márquez Bernal, cmf